Aquí una historia que me ocurrió recientemente para el que le interese, se que no es l a mejor idea subirla aquí pero me parecio interesante ver qué pensaba el Reddit de esto.

Todo comenzó hace 3 años, cuando acababa de entrar a una nueva escuela en 2º de secundaria. No tenía amigos y tampoco era muy bueno socializando. En un momento durante ese día, conocí a alguien muy particular: era una chica de pelo corto que tenía la cara tapada por un cubrebocas debido a que eran tiempos de pandemia. Yo, que siempre había tenido el cabello largo, me exigían cortármelo un poco. Pero confundido, vi a la chica de pelo corto encapuchada y creí que era un chico. Me pregunté por qué a él no le exigían cortárselo. Posteriormente, todavía pensando que era un chico, noté en su escritorio que tenía dibujos de ciertas series y animes que yo también veía, así que me interesé un poco más en él (ella). Quería conocerla mejor y comencé a observarla. Pensé: "¿qué tal si podemos ser amigos?". Después de eso, empecé a buscar maneras de entablar una conversación, mientras en el proceso me enteraba de que era una chica. Eso no cambió mis esfuerzos; un día por fin logré hablar con ella. Comenzamos a conocernos y nos volvimos buenos amigos. Gracias a ella conocí a más personas que actualmente son mi círculo cercano de amigos; se podría decir que sin ella no tendría amigos básicamente.

Con el tiempo pasamos a 3º de secundaria y seguimos siendo amigos. Ella, en ese entonces, no era una persona que se pudiera considerar estable; siempre la veía mordiéndose las uñas y arrancándose pedazos de ellas con un lapicero hasta que quedaban maltratadas. Comenzaba a hacer chistes sobre la muerte y el suicidio; por más que tratara de ocultarlo, yo notaba que algo no andaba bien. En nuestro círculo cercano éramos un número impar cuando se trataba de grupos grandes para trabajar, así que siempre trataba de quedarme junto a ella porque no le gustaba trabajar con gente ajena al círculo. Prefería hacer un trabajo de 5 integrantes sola antes que con ellos; por supuesto, casi nunca la dejaba sola. Siempre traté de preocuparme por ella y quería que se sintiera segura hablando de sus problemas conmigo, pero por más que la acompañara, nunca se terminaba de abrir.

Hasta que llegó ese día: como proyecto final de año nos tocaba hacer una investigación sobre la elaboración de un producto. El proyecto era para 4 personas, pero ella quiso hacerlo solo conmigo porque en nuestro círculo no quedaba nadie más. Accedí, pese a que no se me dan muy bien los proyectos en pareja ya que no soy tan bueno hablando con una sola persona a la vez (estando acostumbrado a hablar en grupos de 3 o más). Aun así di todo mi esfuerzo; nos reunimos en su casa para hacer el proyecto juntos. A pesar de los inconvenientes, nos quedaba un día para completarlo; solo me tocaba unir mi parte del proyecto con la suya para acabarlo. Pero en el último momento me dijo que ella ya había hecho mi parte del proyecto. Después de todo el esfuerzo que había puesto en ello, le pregunté si iba a tirar lo que yo había hecho y ella respondió: "Tal vez si te hubieras preocupado más por el proyecto no lo tendría que haber hecho yo". Siendo que literalmente me preocupé tanto por ella como por el proyecto todo el tiempo; si no me hubiera preocupado, ella habría hecho todo sola.

Lo que me dolió no fue solo que no usara mi parte del proyecto, sino el hecho de ignorar todo lo que yo había hecho para ayudarla al máximo posible en todo; literal es como si me hubiera dicho que nunca me preocupé por ella cuando siempre fue todo lo contrario, incluso perjudicando algunas veces mis objetivos por ayudarla a ella para escuchar eso. Ahí fue cuando cayó la última gota que derramó el vaso. En ese momento yo tampoco estaba pasando por un buen momento; sufría muy seguido ataques de pánico, ansiedad y un episodio depresivo muy fuerte. Pero pese a todo nunca intenté victimizarme tratando de no incomodar lo más posible; aun así siempre traté de ayudarla en todo y preocuparme por ella.

Fue en ese momento cuando pensé que por más que quisiera ayudarla, si ella no quería que la Ayudaran, No había mucho que hacer. Después de todo, yo también tengo mis problemas y uno se cansa de esperar a la gente. Como principio, es muy bueno, pero llega un momento en que piensas en si estás en lo correcto, y es ahí cuando el límite solo lo conoce tu propia conciencia. Posteriormente, decidí alejarme de ella y, poco a poco, comencé a odiarla y a odiar todo lo que me recordara a ella. El problema radicó en que, por más que compartíamos muchas cosas en común, eso combinado con todos los problemas que estaba pasando me hizo comenzar a odiarme a mí mismo, ya que todas las cosas que hacía me recordaban a ella.

Después de eso, una vez ingresamos al primer año de preparatoria, traté de cambiar lo más posible para no parecerme a ella. Deje de ver en gran medida las series que veía antes y comencé a odiar música que ni siquiera había escuchado solo porque me recordaba a ella. Ya no me juntaba tanto con mi círculo cercano; opté por un grupo más alejado, creyendo que así dejaría de parecerme a ella. Posteriormente, me enteré de que a mi círculo cercano tampoco les estaba agradando la actitud que ella estaba tomando, optando por apartarse un poco de ella.

Mientras pasaba el tiempo, la veía cada vez más sola. No voy a mentir; en su momento me sentía muy satisfecho de que se viera cada vez más miserable, pero esto no era sano debido a que yo tampoco la estaba pasando bien. Durante el tiempo que pasé con el grupo alejado de mi círculo cercano, me sentía cada vez peor, como si estuviera traicionando algo muy dentro de mí que me decía que ese grupo para mí era repugnante. Era como si estuviera traicionando mi esencia.

Durante este tiempo sucedieron muchas cosas; mis ataques de pánico y ansiedad se triplicaron en frecuencia y mi cuadro depresivo se agudizaba cada vez más, llegando al punto de intentar acabar con todo más de una vez y a recurrir a ayuda profesional. Al final tuve que ir con un psicólogo. Después de unas cuantas sesiones, el psicólogo le recomendó a mi papá que me remitiera a un psiquiatra para poder recibir más ayuda, pero mi papá se negó debido a su escepticismo sobre lo que es un psiquiatra y al miedo que tenía de que me volviera dependiente de los medicamentos si es que me recetaban alguno.

Durante todo ese tiempo en el que mi situación se veía cada vez peor, la de ella parecía seguir un karma positivo y iba mejorando. Logró hacer nuevos amigos y se le veía relativamente mejor. Eso me dolió un poco: ver cómo ella estaba mejor que yo. Pero logré salir adelante; actualmente estamos en segundo y último año de preparatoria. He mejorado bastante desde el último año y he reflexionado sobre las cosas.

A veces me pregunto qué hubiera pasado si no me hubiera rendido con ella. Poco a poco me fui dando cuenta de que lo que sentía por ella era más que una simple amistad y que cuando ella me impedía ayudarla, me sentía frustrado por ese hecho. Últimamente he estado pensando en volver a acercarme a ella, pero por más que lo intente, ella ya no es la misma persona que conocí hace tres años y por más que intente acercarme, ya no sería igual que en aquellos tiempos ya que ambos hemos aprendido y crecido como personas. Honestamente, entiendo que, por más que lo desee, es imposible volver a empezar desde cero. Sin embargo, quisiera intentar al menos cerrar este capítulo de mi vida, para que todo esto no quede como un amargo recuerdo de lo que pudo haber sido. También quiero disculparme con ella por todo lo que no pude decirle en ese momento y por haberla abandonado en un momento tan complicado.

Todo comenzó hace 3 años, cuando acababa de entrar a una nueva escuela en 2º de secundaria. No tenía amigos y tampoco era muy bueno socializando. En un momento durante ese día, conocí a alguien muy particular: era una chica de pelo corto que tenía la cara tapada por un cubrebocas debido a que eran tiempos de pandemia. Yo, que siempre había tenido el cabello largo, me exigían cortármelo un poco. Pero confundido, vi a la chica de pelo corto encapuchada y creí que era un chico. Me pregunté por qué a él no le exigían cortárselo. Posteriormente, todavía pensando que era un chico, noté en su escritorio que tenía dibujos de ciertas series y animes que yo también veía, así que me interesé un poco más en él (ella). Quería conocerla mejor y comencé a observarla. Pensé: "¿qué tal si podemos ser amigos?". Después de eso, empecé a buscar maneras de entablar una conversación, mientras en el proceso me enteraba de que era una chica. Eso no cambió mis esfuerzos; un día por fin logré hablar con ella. Comenzamos a conocernos y nos volvimos buenos amigos. Gracias a ella conocí a más personas que actualmente son mi círculo cercano de amigos; se podría decir que sin ella no tendría amigos básicamente.

Con el tiempo pasamos a 3º de secundaria y seguimos siendo amigos. Ella, en ese entonces, no era una persona que se pudiera considerar estable; siempre la veía mordiéndose las uñas y arrancándose pedazos de ellas con un lapicero hasta que quedaban maltratadas. Comenzaba a hacer chistes sobre la muerte y el suicidio; por más que tratara de ocultarlo, yo notaba que algo no andaba bien. En nuestro círculo cercano éramos un número impar cuando se trataba de grupos grandes para trabajar, así que siempre trataba de quedarme junto a ella porque no le gustaba trabajar con gente ajena al círculo. Prefería hacer un trabajo de 5 integrantes sola antes que con ellos; por supuesto, casi nunca la dejaba sola. Siempre traté de preocuparme por ella y quería que se sintiera segura hablando de sus problemas conmigo, pero por más que la acompañara, nunca se terminaba de abrir.

Hasta que llegó ese día: como proyecto final de año nos tocaba hacer una investigación sobre la elaboración de un producto. El proyecto era para 4 personas, pero ella quiso hacerlo solo conmigo porque en nuestro círculo no quedaba nadie más. Accedí, pese a que no se me dan muy bien los proyectos en pareja ya que no soy tan bueno hablando con una sola persona a la vez (estando acostumbrado a hablar en grupos de 3 o más). Aun así di todo mi esfuerzo; nos reunimos en su casa para hacer el proyecto juntos. A pesar de los inconvenientes, nos quedaba un día para completarlo; solo me tocaba unir mi parte del proyecto con la suya para acabarlo. Pero en el último momento me dijo que ella ya había hecho mi parte del proyecto. Después de todo el esfuerzo que había puesto en ello, le pregunté si iba a tirar lo que yo había hecho y ella respondió: "Tal vez si te hubieras preocupado más por el proyecto no lo tendría que haber hecho yo". Siendo que literalmente me preocupé tanto por ella como por el proyecto todo el tiempo; si no me hubiera preocupado, ella habría hecho todo sola.

Lo que me dolió no fue solo que no usara mi parte del proyecto, sino el hecho de ignorar todo lo que yo había hecho para ayudarla al máximo posible en todo; literal es como si me hubiera dicho que nunca me preocupé por ella cuando siempre fue todo lo contrario, incluso perjudicando algunas veces mis objetivos por ayudarla a ella para escuchar eso. Ahí fue cuando cayó la última gota que derramó el vaso. En ese momento yo tampoco estaba pasando por un buen momento; sufría muy seguido ataques de pánico, ansiedad y un episodio depresivo muy fuerte. Pero pese a todo nunca intenté victimizarme tratando de no incomodar lo más posible; aun así siempre traté de ayudarla en todo y preocuparme por ella.

Fue en ese momento cuando pensé que por más que quisiera ayudarla, si ella no quería que la Ayudaran, No había mucho que hacer. Después de todo, yo también tengo mis problemas y uno se cansa de esperar a la gente. Como principio, es muy bueno, pero llega un momento en que piensas en si estás en lo correcto, y es ahí cuando el límite solo lo conoce tu propia conciencia. Posteriormente, decidí alejarme de ella y, poco a poco, comencé a odiarla y a odiar todo lo que me recordara a ella. El problema radicó en que, por más que compartíamos muchas cosas en común, eso combinado con todos los problemas que estaba pasando me hizo comenzar a odiarme a mí mismo, ya que todas las cosas que hacía me recordaban a ella.

Después de eso, una vez ingresamos al primer año de preparatoria, traté de cambiar lo más posible para no parecerme a ella. Deje de ver en gran medida las series que veía antes y comencé a odiar música que ni siquiera había escuchado solo porque me recordaba a ella. Ya no me juntaba tanto con mi círculo cercano; opté por un grupo más alejado, creyendo que así dejaría de parecerme a ella. Posteriormente, me enteré de que a mi círculo cercano tampoco les estaba agradando la actitud que ella estaba tomando, optando por apartarse un poco de ella.

Mientras pasaba el tiempo, la veía cada vez más sola. No voy a mentir; en su momento me sentía muy satisfecho de que se viera cada vez más miserable, pero esto no era sano debido a que yo tampoco la estaba pasando bien. Durante el tiempo que pasé con el grupo alejado de mi círculo cercano, me sentía cada vez peor, como si estuviera traicionando algo muy dentro de mí que me decía que ese grupo para mí era repugnante. Era como si estuviera traicionando mi esencia.

Durante este tiempo sucedieron muchas cosas; mis ataques de pánico y ansiedad se triplicaron en frecuencia y mi cuadro depresivo se agudizaba cada vez más, llegando al punto de intentar acabar con todo más de una vez y a recurrir a ayuda profesional. Al final tuve que ir con un psicólogo. Después de unas cuantas sesiones, el psicólogo le recomendó a mi papá que me remitiera a un psiquiatra para poder recibir más ayuda, pero mi papá se negó debido a su escepticismo sobre lo que es un psiquiatra y al miedo que tenía de que me volviera dependiente de los medicamentos si es que me recetaban alguno.

Durante todo ese tiempo en el que mi situación se veía cada vez peor, la de ella parecía seguir un karma positivo y iba mejorando. Logró hacer nuevos amigos y se le veía relativamente mejor. Eso me dolió un poco: ver cómo ella estaba mejor que yo. Pero logré salir adelante; actualmente estamos en segundo y último año de preparatoria. He mejorado bastante desde el último año y he reflexionado sobre las cosas.

A veces me pregunto qué hubiera pasado si no me hubiera rendido con ella. Poco a poco me fui dando cuenta de que lo que sentía por ella era más que una simple amistad y que cuando ella me impedía ayudarla, me sentía frustrado por ese hecho. Últimamente he estado pensando en volver a acercarme a ella, pero por más que lo intente, ella ya no es la misma persona que conocí hace tres años y por más que intente acercarme, ya no sería igual que en aquellos tiempos ya que ambos hemos aprendido y crecido como personas. Honestamente, entiendo que, por más que lo desee, es imposible volver a empezar desde cero. Sin embargo, quisiera intentar al menos cerrar este capítulo de mi vida, para que todo esto no quede como un amargo recuerdo de lo que pudo haber sido. También quiero disculparme con ella por todo lo que no pude decirle en ese momento y por haberla abandonado en un momento tan complicado.