Ketchup ¿Una Salsa Infantil?

Por años, (para no decir toda la vida) el ketchup ha sido denostado como una "salsa infantil", relegado al territorio de las comidas rápidas y los paladares jóvenes. Pero esta visión simplista ignora su verdadero valor como un icono gastronómico global.

El ketchup no es solo una salsa; es versatilidad embotellada o en bolsita. Su equilibrio perfecto lo convierte en un complemento universal que trasciende edades y clases sociales. Desde acompañar unas papas fritas hasta darle un toque único a recetas gourmet, su lugar en la mesa está más que justificado.

Reducir el ketchup a una simple "salsa para niños" es subestimar su capacidad de enriquecer sabores y adaptarse a todo tipo de platillos. Es hora de reivindicarlo como lo que es: un básico de la cocina moderna.

Por años, (para no decir toda la vida) el ketchup ha sido denostado como una "salsa infantil", relegado al territorio de las comidas rápidas y los paladares jóvenes. Pero esta visión simplista ignora su verdadero valor como un icono gastronómico global.

El ketchup no es solo una salsa; es versatilidad embotellada o en bolsita. Su equilibrio perfecto lo convierte en un complemento universal que trasciende edades y clases sociales. Desde acompañar unas papas fritas hasta darle un toque único a recetas gourmet, su lugar en la mesa está más que justificado.

Reducir el ketchup a una simple "salsa para niños" es subestimar su capacidad de enriquecer sabores y adaptarse a todo tipo de platillos. Es hora de reivindicarlo como lo que es: un básico de la cocina moderna.